El Gremlin.
Había una vez un pequeño niño llamado Eddy. Tenía 11 años, pelo castaño y grandes
ojos verdes. Vivía muy felizmente en su casa con sus papás y, a pesar de no ser muy grande, era muy
bueno, valiente y responsable.
-¡Eddy! gritó su mamá de
repente. –Me voy a comprar con tu papá, levántate de ahí y hace la tarea.
Eddy se levantó fastidiado y se quedó solo en su casa esperando a sus
papás. Después de un rato,
se escuchó el timbre. Al
abrir la puerta, Eddy se encontró con una grande y misteriosa caja y luego de
observarla un rato, decidió meterla en su casa. Para que sus papás no la vieran, la escondió
dentro de su placard. Tenía pensado seguir observándola después, pero se
olvido. Cuando
sus papás llegaron, Eddy siguió
haciendo su tarea, y apenas terminó se fue a dormir por todo el cansancio que
tenía.
Esa misma noche, algo extraño ocurrió en la
casa ya que algo extraño había dentro de esa caja. Al otro día, Eddy la
encontró abierta y se sorprendió mucho. Sentía una gran necesidad de
contárselo a su mamá,
pero, al mismo tiempo, pensaba que lo iba a retar por meter una caja en la casa
sin siquiera saber que había dentro. Así que se quedo callado y fue a la
escuela. Estuvo todo el día pensando en
eso. ¿Que podría haber dentro de esa
caja y como pudo haberse escapado? ¿Será peligroso? ¿Qué estará haciendo ahora?
No prestó atención en
ningún momento de la clase, la intriga lo estaba matando. El día se le hizo eterno, hasta que al fin llegó a su casa, saludó a sus papás, y fue a acostarse en el
sillón como hacía todos los
días. Después de un rato, pensó que sería una buena idea seguir buscando el “algo”
que había dentro de la caja, pero tenía que ser discreto ya que no quería que
sus papás se enteraran.
Comenzó buscando en el living, pero no había nada. También busco en la cocina,
los baños, las habitaciones, y en todos lados, pero en ningún lugar encontró
nada. Eddy estaba muy desilusionado y preocupado a la vez, sentía que todo esto
era culpa suya y que algo muy malo
podría pasar.
Cuando ya era tarde, Eddy tenía
que comenzar a prepararse para irse a dormir; entonces, después de cenar, se
fue a la cama directamente. Se durmió, pero a la media noche comenzaron a
escucharse ruidos extraños….
Eddy se levantó de la cama muy exaltado, bajó las escaleras temblando del miedo, pero con mucha curiosidad
a la vez. Para su sorpresa, se encontró con una especie de monstruo pequeño que
estaba mordiendo el sillón. Tenía baja estatura, ojos muy grandes y pelo corto.
Eddy estaba muy sorprendido ya que le causaba más ternura que miedo, entonces
decidió volver a esconderlo en su casa para que sus papás no lo encontraran.
Al otro día, Eddy estuvo
todo el tiempo encerrado en su cuarto con el pequeño monstruo para poder
observarlo y conocerlo mejor. Después de un rato, hasta se encariño con él y
quería quedárselo como una mascota. Pero ese mismo día, el monstruo intentó
asesinar a los papás de
Eddy, por lo que él lo detuvo, se enfureció e intento echarlo de su casa, pero
no había caso. El monstruo se quería quedar.
Eddy estaba muy sorprendido por las cosas de
las que era capaz un monstruo tan pequeño como ese. Intento congelarlo,
incinerarlo, meterlo en el horno, y muchísimas cosas más, pero ninguna funcionó.
Su última opción fue volver a meterlo en su caja, cerrarla muy bien, y llevarla
muy lejos de donde él vivía. Entonces lo hizo.
Después de eso, el
monstruo no volvió a aparecer por muchos días más, pero Eddy seguía estando
alerta por si algo pasaba. Un día, todo parecía haber vuelto a la realidad,
entonces Eddy se fue a dormir con más tranquilidad.
Esa misma noche el monstruo volvió, y al día
siguiente Eddy apareció asesinado.