domingo, 20 de mayo de 2018


El Gremlin.

            Había una vez un pequeño niño llamado Eddy. Tenía 11 años, pelo castaño y grandes ojos verdes. Vivía muy felizmente en su casa con sus papás y, a pesar de no ser muy grande, era muy bueno, valiente y responsable.
       

-¡Eddy!  gritó su mamá de repente. –Me voy a comprar con tu papá, levántate de ahí y hace la tarea.
             Eddy se levantó fastidiado y se quedó solo en su casa esperando a sus papás. Después de un rato, se escuchó el timbre. Al abrir la puerta, Eddy se encontró con una grande y misteriosa caja y luego de observarla un rato, decidió meterla en su casa. Para que sus papás no la vieran, la escondió dentro de su placard. Tenía pensado seguir observándola después, pero se olvido.                                                               Cuando sus papás llegaron, Eddy siguió haciendo su tarea, y apenas terminó se fue a dormir por todo el cansancio que tenía.
                Esa misma noche, algo extraño ocurrió en la casa ya que algo extraño había dentro de esa caja. Al otro día, Eddy la encontró abierta y se sorprendió mucho. Sentía una gran  necesidad de  contárselo a su mamá, pero, al mismo tiempo, pensaba que lo iba a retar por meter una caja en la casa sin siquiera saber que había dentro. Así que se quedo callado y fue a la escuela.  Estuvo todo el día pensando en eso.  ¿Que podría haber dentro de esa caja y como pudo haberse escapado? ¿Será peligroso? ¿Qué estará haciendo ahora?
                   No prestó atención en ningún momento de la clase, la intriga lo estaba matando.  El día se le hizo eterno, hasta que al fin llegó a su casa, saludó a sus papás, y fue a acostarse en el sillón como hacía todos los días. Después de un rato, pensó que sería una buena idea seguir buscando el “algo” que había dentro de la caja, pero tenía que ser discreto ya que no quería que sus papás se enteraran. Comenzó buscando en el living, pero no había nada. También busco en la cocina, los baños, las habitaciones, y en todos lados, pero en ningún lugar encontró nada. Eddy estaba muy desilusionado y preocupado a la vez, sentía que todo esto era culpa suya y que algo muy malo  podría pasar.
                     Cuando ya era tarde, Eddy tenía que comenzar a prepararse para irse a dormir; entonces, después de cenar, se fue a la cama directamente. Se durmió, pero a la media noche comenzaron a escucharse ruidos extraños….
                      Eddy  se levantó de la cama muy exaltado, bajó las escaleras temblando del miedo, pero con mucha curiosidad a la vez. Para su sorpresa, se encontró con una especie de monstruo pequeño que estaba mordiendo el sillón. Tenía baja estatura, ojos muy grandes y pelo corto. Eddy estaba muy sorprendido ya que le causaba más ternura que miedo, entonces decidió volver a esconderlo en su casa para que sus papás no lo encontraran.
                       Al otro día, Eddy estuvo todo el tiempo encerrado en su cuarto con el pequeño monstruo para poder observarlo y conocerlo mejor. Después de un rato, hasta se encariño con él y quería quedárselo como una mascota. Pero ese mismo día, el monstruo intentó asesinar a los papás de Eddy, por lo que él lo detuvo, se enfureció e intento echarlo de su casa, pero no había caso. El monstruo se quería quedar.
                        Eddy estaba muy sorprendido por las cosas de las que era capaz un monstruo tan pequeño como ese. Intento congelarlo, incinerarlo, meterlo en el horno, y muchísimas cosas más, pero ninguna funcionó. Su última opción fue volver a meterlo en su caja, cerrarla muy bien, y llevarla muy lejos de donde él vivía. Entonces lo hizo.
                         Después de eso, el monstruo no volvió a aparecer por muchos días más, pero Eddy seguía estando alerta por si algo pasaba. Un día, todo parecía haber vuelto a la realidad, entonces Eddy se fue a dormir con más tranquilidad.                                                                            
                         Esa misma noche el monstruo volvió, y al día siguiente Eddy apareció asesinado.